domingo, 21 de diciembre de 2014

SEGUNDA Y DEFINITIVA FUNDACION DE AMBATO



Los demás españoles e Indios, entre tanto trabajaban como hormigas en sus edificaciones. El agua, elemento de primera necesidad que no había en el nuevo sitio, la consiguieron gracias a la intervención del Cura de Santa Rosa, R.P. Maestro Fr. Francisco de Araujo, doctrino de este pueblo. Este comprometiéndose; pocos días antes de la posesión del sitio, por acuerdo con don Antonio de Ron, a dejar expedida una acequia hasta Ambato, dentro del plazo de ocho días. Debía tener ella vara y media de ancho y tres cuartas de hondo, desde la toma de dicha acequia hasta el alto de Huachi, su precio se estipulo en la suma de CIENTO CINCUENTA PESOS, que el contratista dividió así: ciento, para la construcción de su iglesia, y cincuenta para los indios que debían trabajar en la apertura de la acequia.

El agua se distribuía equitativamente, así para el uso de la población, como para el de los obrajes que se consideraron también de suma importancia, y para el riesgo de las sementeras. Lo que se indemnizo a los obrajes por sus pajas de agua, asombra: 11 pesos al obraje de Huachi y otros 11 pesos al General don Fernando Dávalos uno de los millonarios de ese tiempo, que absorbió gran parte de los mejores centros agrícolas de lo que es hoy Provincia de Tungurahua.

Tales son los detalles general que corresponden a la historia de la segunda y ya definitiva fundación de esta ciudad.

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